miércoles, 14 de septiembre de 2011

ODIANDO A MI AMADO CAPITULO 18

Esta historia le pertenece a Kassi del blog "Luz de cristal"
Es un poco triste  pero igualmente espero os guste y dejéis vuestros comentarios

ODIANDO A MI AMADO
SUMMARY: La obligaron a casarse y tener un hijo con alguien a quien odiaba. ¿Podrá llegar a amarlo como desea su padre?

CAPITULO 18

POV Tanya


Mire todo a mi alrededor sorprendida por su bien intencionada cita, aunque tan solo hablara de planes como papá y de mi bebe como si ya fuera suyo, no sé porque hacia eso, ya que si podía intentaría abortar por las buenas o las malas, no quería cargar con la vida de un niño que ni si quiera sabría cuidar bien, apenas sabia cuidar de mi misma, ¿Cómo alguien podía pretender que yo tuviera un bebe?, también podría ser una opción darlo en adopción pues eso por lo menos no lo mataría ¿no?

-Entonces ¿Qué opinas de todo?-pregunto Félix tomando mi mano.

-¿Tu qué crees que opino?, Félix, no quiero un bebe…es que…-deje la frase a medias no sabía que decir, no quería un bebe pero él me estaba dando más opciones de las que tenia para que me lo pensara.

-Mira Tanya, sé que soy el padre y tu tan bien como yo lo sabes así que déjame que me encargue de todo lo referente a él, su educación, el dinero que gastes en él…todo, pero a cambio ven a vivir conmigo, a mi casa y solo tendrás una regla en ella, no tener ningún hombre más que a mí-dijo tomando mi mano, vale sabia que él me quería pero parecía que lo hacía más de lo que había pensado.

-Yo…no soy así Félix, es que no se…de verdad-estaba tan confundida porque no entendía nada a mi cabeza, quería deshacerme del bebe, pero me daba un poco de pena, a la vez quería a Edward pero ya no podía estar con él por todo lo que había pasado y también quería un hombre que me cuidara… y justo aparece Félix.

-Vamos Tanya, yo te quería y cuidaría de ti y de nuestro bebe como nadie, eso lo sabes muy bien-dijo mirándome con sus hermosos ojos intensamente.

-Yo…yo…-quería a Edward y nadie mas pero ¿Qué podía hacer?, nada más que conformarme con Félix que me daría su amor incondicional además de una casa y dinero para mí y el bebe. Mire a mi alrededor esquivando la mirada de Félix y me encontré con la silueta del hombre al que quería emergiendo de las sombras con Bella a su lado, ella tenía un mal aspecto pero él, se veía fabuloso como siempre.

Cuanta envidia me dio que ella lo tuviera a su lado como su marido, podía acariciarlo, besarlo…Tanta envidia me dio que en cuanto Edward me vio con esa mirada tan expresiva suya tuve que levantarme de la mesa corriendo y salir de allí como pudiese, no tenia mas opción, no quería verlo si no era mío.

No con esa estúpida de Bella, la mosquita muerta que consiguió todo lo que yo quería, como la odiaba, no me detuve a mirar si Félix me seguía; abrí la puerta del restaurante sintiendo como Félix corría detrás de mí, pero me daba igual pues solo me importaba el dolor que sufría al ver que Edward estaba allí con otra que no fuera yo, haciendo que odiara mas a Bella.

Corrí por la calle esquivando gente cada dos pasos y cruce la carretera sin mirar, ese fue mi error, un coche se me echó encima golpeándome por la espalda, caí boca arriba dolorida y maltrecha, para que segundos después miles de cristales surcaran el aire directos a mi cara haciéndome gritar de dolor, con eso caí en la más negras de las oscuridades, sin recordar nada mas de lo que paso después.

Me desperté entre las sabanas de algún hospital cuando intente moverme sentí abruptamente todo el dolor volver a mí como una ola implacable y mi cara ardió en llamas por ello. Apenas pude abrir los ojos a una luz cegadora para observar a un doctor preocupado junto a Félix.

-Está consciente-dijo el doctor.

No había que ser una lumbrera para saber eso, por dios había abierto los ojos.

-Ella…trátela bien-le murmuro el medio a Félix antes de salir de la habitación.

-Hola, Tanya, mi amor-dijo Félix acercándose a mí, sus ojos estaban llorosos y sus manos sudorosas temblaban cuando decidió coger la mía-que susto me diste, llevas 2 días inconsciente-beso mi mano, limpiándose las lagrimas de su mejilla. Y me pregunte qué ¿A dónde habría quedado el fuerte y decidido Félix? Seguro en alguna parte de este hospital, me dije mirando la pálida piel de mi mano.

El doctor entro en la habitación con una pequeña carpeta llena de papeles; me miro antes de sacar uno de ellos y comenzar a informarme de mi estado.

Y hasta ahora no se me había ocurrido pensar que quizás el motivo de la angustia de Félix se tratara del bebe, tal vez lo hubiese perdido; una punzada de dolor me recorrió el estomago pero de inmediato se me pasó.

-Empecemos por lo fácil, el bebe…-¿estaría bien o mal? Ahora sí que no sabía lo que prefería, no sabía si quería que estuviera bien o mal-…está perfectamente, pudimos salvarlo pues el golpe no le dio de lleno, ni siquiera estuvo en grave peligro, lo difícil es…-ahora viene lo peor, Tanya respira por favor, y tranquilízate antes de que te pongas a hiperventilar por la noticia-tu cara, los cristales no hacían más que dificultar el trabajo así que te quedaran algunas cicatrices y mucho me temo que la parte derecha de tu labio quedará ligeramente deformada e insensible-mis manos fueron rápidamente a mi cara para valorar el destrozo pero me encontré con vendas por todas partes, ni siquiera las había notado antes.

-Mi cara, mi belleza-si hubiera podido sentir algo en mi rostro, hubiera sentido las lagrimas caer por él pero desgraciadamente no era así, quería llorar por mi belleza ya desaparecida y todo lo que había perdido con ella, las opciones que me quedaban por pensar gracias a mi encanto ya inexistente.

-Tanya, yo seguiré aquí para ti-escuche decir a Félix en algún lugar lejano a mi, yo ya no estaba allí con él, sabía que entraría en estado de Shock o histeria y no se haría esperar demasiado.

-Vamos Tanya, yo estoy contigo-volvió a decir Félix.

-DIOS MIO; MI HERMOSURA, MI VIDA, MI BEBE…-grite tocando mi cara, bien la histeria había aflorado antes que el shock.

-Cálmate Tanya todo estará bien-dijo el doctor tomando mi mano-ahora te quitaremos las vendas y veras que no estás tan mal, piensa en positivo, no tuviste daños mayores.

¿Cómo que daños mayores?, esto es lo peor que me podía pasar, que me quitaran lo que más apreciaba en mi vida, por lo que llevaba una vida feliz y acomodada a mi manera.

Intente dejar la histeria de lado respirando agitadamente, el doctor se acerco a mí y tomo uno de los extremos de las vendas para quitármelas con sumo cuidado.

Poco a poco quito todas las vendas que tenia sobre mi rostro dejándola al aire, la sentí fresca y libre pero también sentí como el miedo volvía a mis entrañas haciéndome presa de él, pequeño mareo me aviso.

-Te quiero-dijo Félix a mi lado besando mi mejilla dolorida.

Mire sus ojos claros y sonreí con mi nuevo labio deformado, por primera vez en mi vida sentí como necesitaba un hombre junto a mí que me cuidara; ahora más que nunca, lo necesitaba.

-Y yo también te quiero…o eso creo-le conteste apretando su mano con mis dedos temblorosos, el doctor me dio un pequeño espejo para que valorara por fin los daños y cogiéndolo con miedo y horror me mire al fin.

Estaba rojo e hinchado, mi labio se curvaba levemente hacia abajo en el extremo derecho y mi ojo izquierdo morado estaba hinchado, aunque no me dificultaba la vista.

Dios mío, estaba horrorosa, ¿Cómo Félix me podía decir que me quería si no era guapa?, no era más que una cara fea y un cuerpo que no le pegaba, encima estaba embarazada de un bebe que no quería de verdad.

Comencé a llorar desconsoladamente mientras dejaba el espejo sobre la cama y me volví a tumbar tapándome la cara con el cojín.

-Tanya, mi amor-dijo Félix tocándome el hombre.

-¿Qué quieres de mi?, soy fea… ¿no lo ves?-le grite llorando, no quería una vida así, no donde yo no era feliz y guapa.

-Quiero morirme-susurre de pronto dándome la vuelta mirando al vacio.

-No digas eso-contesto tomando mi cara entre sus mano-¿no ves que tu eres hermosa para mí en todos los sentidos?-beso mi mejilla y después mis labios lentamente, solo sentí su beso por el lado izquierdo pues como había dicho el médico mi lado derecho estaba insensible.

Le respondí el beso sin poder saber si lo hacía realmente bien al no sentir nada, aun lloraba en silencio contra sus labios cuando se separo de mí.

-Se que no eres Miss simpatía y que seguramente no me quieres por mucho que tú te lo creas pero Tanya, yo quiero a nuestro bebe y en el fondo de mi corazón también te quiero a ti porque sé que tú no eres realmente así, todo el mundo es bueno por dentro solo hay que saber cómo hacer que eso salga al exterior-dijo mirándome a los ojos, yo asentí como hipnotizada.

-Y ahora me vas a prometer que tendrás a mi bebe, que serás toda una madre y lo cuidaremos junto por su bien-no paraba de mirar a mis ojos mientras hablaba y al final acabamos con las narices pegadas.

-Sí, si lo tendré…lo juro-susurre sin fuerzas.

-Muy bien, pequeña, ahora tienes que descansar-su mirada se suavizo y me dejo libre puso su mano contra mi estomago y lo acaricio con cuidado, antes de obligarme a tumbarme en la cama.

Por fin el doctor hizo acto de presencia de nuevo pues aunque había estado allí durante toda la escena ni lo había notado por su actitud silenciosa.

-Solo tendrá que quedarse en el hospital un par de días más, por todo lo que puede ocurrir, necesita reposar por su estado anímico, por su bebe y por su cuerpo evidentemente, nos vemos luego Tanya-dijo el médico yéndose de la habitación.

-¿Félix después de todo esto que pasara?-le pregunte volviendo mi cabeza hacia él, estaba sentado en un sillón mirándome fijamente.

-Decoraremos una nueva habitación en la casa para el bebe-respondió suspirado.

-¿Dormiré contigo en tu habitación?-le pregunte un momento después.

-¿Quieres?-fue toda su contestación, no sabía si quería, me era raro necesitar a hombre junto a mí para estar tranquila, solo los había necesitado para una única cosa y esa era por la que estaba embarazada. Finalmente le conteste después de dudar bajo su atenta mirada.

-Si quiero…o eso creo-le conteste, automáticamente mi mano viajo de nuevo a mi lado deformado intentándome hacerme a la idea de que nunca más seria normal mientras tocaba la ahora áspera piel.

-Entonces dormiremos juntos…-dijo distraído.

Quedamos en silencio un minuto interminable en el que una sola pregunta rondaba mi mente una y otra vez.

-Félix, ¿crees que podre llegar a quererte como tú a mi?-le pregunte soltando lo que tenía pensado.

-No se Tanya, y dios sabe cuánto me gustaría saberlo-respondió volviendo a mirarme, paso una de sus manos por los pelos cerrando los ojos fuertemente, se le veía como cansado.

-Yo creo que si…porque tú eres el único que me ha querido sabiendo que no soy demasiado buena y además te has propuesto cambiarme para mi bien, tu y yo sabemos que te mereces mi amor-le sonreí dificultosamente por las cicatrices pero pude ver como el sonreía complacido por mi respuesta, por ello se levanto y me abrazó, fue un abrazo cálido y creo que me gusto demasiado.

3 comentarios:

  1. dios pobre mujer a pesar de su maldad no esperaba que le pasara algo asi ,bueno espero que con eso ya cambie.....Me encanto sigue asi...besos...

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  2. que tragedia lo que le pasó a Tanya ):

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  3. yo tampoco esperaba esto.. pero ojala asi se le valla toda esa maldad..
    PD: ME ENCANTO!!

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