miércoles, 4 de enero de 2012

MI AMOR DESPRECIADO CAPITULO 11

Esta historia le pertenece a Kassi del blog "Luz de cristal"
Espero os guste y dejéis vuestros comentarios.

MI AMOR DESPRECIADO

Summary: 17 años pasaron desde que se vieron por primera vez, y esa sintonía que había entre sus corazones no se había destruido por nada, cuando el amor llegue a sus almas adolescentes ¿hará que ese equilibrio entre sus almas desaparezca al igual que su amistad? ¿O el amor hará mas fuerte esa conexión?...Secuela de Odiando a mi amado

CAPITULO 11

POV Nessie


Me desperté temprano sintiendo las manos de Robert alrededor de mis caderas en un dulce abrazo, él aun dormía y su respiración acompasada chocaba en mi nuca recordando la noche anterior; me di la vuelta con cuidado para no despertarlo mientras apoyaba la cabeza en la almohada para mirar su cara a apenas escasos centímetros.

Había tenido un sueño apacible pero eso fue después del tormentoso ordenar de pensamientos que había comenzado en mi cabeza tan solo un par de minutos después de ser atacada; amaba a Robert y eso quedaba claro y a la vista con tan solo mirarme ahora, pero era tan difícil seguir a su lado cuando había sido él, el que me quiso dejar. Eso tan solo me dejaba con el plan principal de seguir junto a James para olvidar a mi ángel, o como bien comprendí la pasada noche, tendría que seguir con James para no seguir enamorada del que siempre e incluso ahora sería mi mejor amigo.

Madre mía, si prácticamente se había jugado la vida por mí, era todo el modelo de un caballero, perfecto y singular y la verdad era que mi mayor temor era perderlo por culpa de alguna chica sin cabeza que lo consiguiera solo para aprovecharse de su buen corazón y su buena fe.

Y con ese miedo en mente me era difícil querer alejarme de él, tanto como el de mí; dormido en mi cama demostraba que me quería por lo menos tanto como aseguraba…como una hermana.

El retumbar de unas pisadas me sacó de mi trance momentáneo, apenas me aleje de Robert unos centímetros por si se despertaba y me pillaba mirándole como si fuese toda una psicópata pero en vez de eso, alguien se acercó más y más por el pasillo a zancadas, formando jaleo pero sin llegar a despertar a mi cansado ángel.

Por un momento supuse que era algún médico profesional que venía por alguna llamada de mi padre, pero de inmediato me percate en que mi padre no haría eso si no que el mismo me atendería con ayuda del abuelo.

La puerta de mi habitación se abrió rápidamente con un sobresalto que casi me hizo caer de la cama, Robert se despertó soñoliento en ese momento y miro en mi dirección verificando supongo, si yo verdaderamente estaba con él y bien.

-¿Quién demonios es ese?-dijo una voz grave a espaldas de mi verdadero amor.

¡Genial!, James llega en el momento menos indicado, ¿Por qué a mí?

-El es…-me quede callada cuando él se acercó más.

-Soy su mejor amigo, el que la salvó anoche de el peligro en el que tú la expusiste-contesto Robert dándose la vuelta, estaba reaccionando como todo un hombre pero yo no quería peleas y mucho menos de ellos dos.

-¿Su mejor amigo? ¿Dormido con ella y en su cama, no?-pregunto de nuevo, la vena que iba pasando por su cuello se hinchó.

-Sí, cuidándola, velando sus sueños…Cosa que tu no has sabido hacer, acéptalo-mi ángel se puso en pie, dejando la cama y a mí a sus espaldas para hacerle frente a James que había entrado molestando la tranquilidad que reinaba a nuestro alrededor, molestándonos en la intimidad que teníamos, esa que aun sin comprender los sentimientos del otro permanecía ahí, persistía.

-Niño, ¿Quién te crees?, lo que le pasó a ella fue una desgracia, es cierto que fue mi culpa pero por ello venía a disculparme con ella-se giró y cambió su cara, ahora mostraba una sonrisa.

-Oh, vamos; ni por esas te mereces su perdón, ¿y las flores? inútil-pregunto Robert, acercándose a James, yo también salté de la cama para intentar impedir lo que parecía evidente que ocurriría, una pelea.

-¿Inútil yo?, Inútil tu, poco hombre…-contesto James soltando las flores en la cama.

-¿Así es como le das las gracias a él que salvo la vida a Nessie?, el poco hombre aquí eres tú, que no la supo acompañar hasta su casa y por ello la atacaron-murmuró un “estúpido” por lo bajo, y yo me puse entre ellos dos mientras esperaba desesperadamente que entrara en mi habitación alguno de mis padres.

En ese momento supongo que alguno de los dos escucho los ruidos pues aparecieron ambos en el marco de la puerta, mientras que yo rogaba mudamente que ellos se encargaran de este tema, yo no sabía cómo haría para que no sucediera nada.

-¿Qué pasa aquí?-pregunto mi padre adelantándose para entrar en mi cuarto.

-Nada que no tenga solución señor Cullen-contesto James dejando sus malos modales con mi ángel de lado.

Tendría que decir que con eso James me pareció un verdadero hipócrita, él odiaba a Robert y estaba segura de que estaría molesto conmigo por haber dormido en la misma cama que él y eso no tenía ninguna solución. Lo odiaría por siempre.

-Bien, me alegro de que no haya ningún problema-dijo mi padre acercándose a mi hombro.

Robert en medio de todo aquello me miro un segundo y después se excuso.

-Creo que sería mejor que me fuera a desayunar-murmuro saliendo del cuarto no antes sin darle a mi mano un pequeño apretón cariñoso.

-Aja…-contesto mi padre-¿queréis que os deje solos?-pregunto entonces mirando la pequeña incomodidad que había en el aire.

-Si, por favor-contestamos los dos al unísono.

Papá se hizo a un lado asintiendo salió de mi cuarto para cerrar la puerta tras de él; para ser sinceras no me sentía del todo cómoda con James a solas en mi habitación y menos sin haberme vestido adecuadamente aún pero así estaban las cosas y debía afrontarlas como venia, ya no podía volver atrás pues ya no era ninguna niña pequeña. No podía depender siempre de mi padre o de Robert.

-Nessie venía a disculparme por no haberte traído ayer, a pesar de que tú te negaras a ello yo como un caballero debería de haberlo hecho, no tengo perdón-dijo James acercándose a mí, yo me aparte levemente y me senté en la cama, el se sentó a mi lado y beso mi frente.

-No…no pasa nada-le dije, realmente no pasaba nada, gracias a eso me había dado cuenta de que a pesar de todo no me podía separar al cien por cien de Robert, hubiese entre nosotros amores, mares o disputas, el siempre sería algo muy importante en mi vida; era prácticamente parte de mí.

-Sabes que me dolió mucho verte junto a él, aquí en la cama Nessie, no puedo verlo de otra vez-hablo de nuevo James.

-Lo siento James, pero él es como mi hermano-le conteste excusándome tan solo en parte.

-Pero…aunque sea como un hermano tuyo, no lo es verdaderamente-contesto tomando una de mis manos entre las suyas.

-Como si lo fuera James, si no lo aceptas me da igual, el siempre ha estado en mi vida, no lo voy a echar de ella ni por ti ni por nadie-respondí quitándole la mano, ni por él ni por nadie, ni siquiera por mi misma lo echaría de mi maldita vida; y decidido que estaba.

Aunque muy bien sabía yo que esa seria siempre una fuente de dolor en mi vida, simplemente no lo podía echar de ella porque a la vez era mi luz, lo que me alegraba y me daba fuerzas.

-Está bien, no te pido que te deshagas de él, solo es que no puedo verte así con otro chico ¿sabes?-volvió a tomar mi mano y la beso. Mientras que yo lo único que quería hacer era apartársela, ahora mismo lo odiaba por simplemente hecho de no ser Robert.

-Me alegro de que no lo hicieras-le conteste, mirando mis pies.

-Nessie, mírame a los ojos que esto que te tengo que decir es importante-dijo de repente James poniéndose aun más serio de lo que antes estaba.

-Dime-subí la mirada y el asintió, enseñándome por fin una de sus deslumbrantes sonrisas…cuanto deseaba que esa fuera la de Robert; caí entonces en la cuenta de que parecía un poco patética por anhelar tanto lo que nunca tendría o quizás, y más bien eso diría cualquier mujer, estaba endemoniadamente enamorada.

-Hoy voy a ser totalmente sincero contigo, voy a abrirte mi corazón y pienso decirte lo que deseo-bueno solo con eso la cosa no pintaba muy bien ¿Qué me quería decir ahora él?-Ness, te quiero, amo tus ojos, tu sonrisa, tus mejillas, tus inquietudes, tus locuras e incluso querría a tu amigo solo por cuidarte; y por ello estoy dispuesto a ir muy enserio contigo-sus ojos me miraron fijamente en busca de una respuesta pero yo estaba simplemente petrificada.

No sabía que decir, ¿Cómo que iría en serio conmigo? “Bien, ¿y eso no era lo que tú querías?-me pregunto una parte de mi subconsciente; cierto, yo había sido la que quiso sacar un clavo con otro aun a riesgo de enamorar a un muchacho que estaba buscando a la mujer de su vida, con la que pasaría el resto de su vida, con la que se casaría y tendría hijos como una familia feliz.

-Ah…no me lo esperaba-dije yo rompiendo el silencio que se había formado en torno a nosotros dos.

-No importa, solo quiero que lo sepas, dentro de poco le pediré tu mano a tu padre, y entonces Ness, entonces podremos ser felices-sonrió desmesuradamente acercándose a mí para rodearme con sus fornidos brazos en un ahogante abrazo.

Yo necesitaba aire para respirar bien, creo que estaba a punto de un colapso nervioso ¿Pero que estaba diciendo? ¿Casarme yo, tan joven?, no podía ser verdad, yo no quería…no debía, por mí y mi juventud…por Robert.

“No te engañes fue él quien te dejo, fue él quien estará haciendo una nueva vida con otra mujer”-me volvió a recordar mi subconsciente, que ya comenzaba a odiar con toda mi alma.

Bien dejando eso claro, y viendo las posibilidades que tenia de salir de esta, solo me veía de una forma posible, tendría que casarme con James quisiera o no, él me protegería del escándalo que se produciría por mi intento de violación, el cuidaría mi legado como un hombre de negocios y me cuidaría a mí como un buen hombre, como se que sería un buen marido y padre para mis futuros hijos.

-Entonces ¿Qué me dices?-pregunto impaciente mi futuro prometido.

-Pues… ¿genial?-eso sonó mucho a pregunta pero al ponerle una sonrisa, el se relajo y me volvió a abrazar, maldita sea ¿Por qué me tenía que pasar esto a mí?, si no hubiese sido tan estúpida seguiría tendida en mi cama como si nada esperando la llegada de Robert, sin ningún problema de casamiento con alguien que en realidad apenas conocía.

-Ya verás cuando lo haga oficial, seremos la mejor pareja de la sociedad-oh, sí casi lo olvidaba, hacerlo público acarreaba someterme a todas las miradas de las chicas que buscaban marido desesperadamente y no lo encontraban, de esas que seguramente tendrían envidia de mi por obtener tal diamante en bruto, un chico joven, con fortuna, bello y hasta ahora encantador (o por lo menos sin Robert de por medio).

-Eso espero…-susurré mientras derramaba una lágrima y no por felicidad de hecho.

¡Bienvenida al maravilloso mundo del engaño matrimonial!-escuche decir a lo lejos, mientras resonaba en mis oídos las campanas del matrimonio.

Hipócrita-me dije al recordar lo dura que había sido con aquellas chicas que querían engañar a sus maridos con otros, pues bien yo quería hacer mismo con Robert, pero ni siquiera el que yo quería como amante me aceptaba.
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