miércoles, 1 de febrero de 2012

MI AMOR DESPRECIADO CAPITULO 14

Esta historia le pertenece a Kassi del blog "Luz de cristal".
Espero que os guste y dejéis vuestros comentarios.

MI AMOR DESPRECIADO
Summary: Mi amor despreciado: Definitivamente me pasaba algo malo, ¿de verdad quería a mi mejor amigo, a mi casi hermano?, la única respuesta que había era clara. SI, LO QUERÍA....Secuela de Odiando a mi amado.
Clasificación: M (Material sexual explicito/ implícito)

CAPITULO 14

POV James


Mi plan se estaba cumpliendo y me estaba saliendo con la mía; la pequeña y adorable Nessie se iba a casar conmigo y todo estaba resultando según lo planeado.

Todo a pesar de que aquel pordiosero de su amigo estuviese en medio de nuestra relación, ¿Quién se pensaba ese chico pobretón que era? ¿Creía que podría quitarme a la chica?, Pues NO!

Yo siempre ganaba y me salía con la mía, y menos mal pues las fabricas y mis negocios no aguantarían mucho mas antes de caer en la bancarrota, ni si quiera un par de meses durarían por eso había tenido que adelantar la boda, así que sería según lo contado dentro de 3 escasas semanas.

Ahora me molestaba tener que hacer esto, casarme y perder mi libertad por el maldito dinero de la chica pero no era mi culpa que mi padre antes de legarme lo que tenia hubiese sido un jugador empedernido de los casinos y perdiera mucho dinero, además era un borracho y un estúpido, así que cuando se vio casi arruinado se voló la tapa de los sesos y me dejo a mi con 18 años recién cumplidos a cargo de algo que estaba destinado a arruinarse; la única forma de evitarlo era casarme con una niña ricas y si además era de mi agrado mucho mejor.

Busqué entre las chicas de la alta sociedad pero solo ella me encandilo con su belleza natural y angelical. Yo quería a una chica hermosa ya que tendrá que tener un heredero con ella, rica por el legado pero tal como era Nessie también angelical para que no sospechase demasiado de mí.

Pero cuando apareció ese amigo suyo…; la amaba y lo sabia pero había perdido su oportunidad y ahora yo estaba con ella, aunque tenía que tenerlo vigilado pues no quería que ese me descubriera y lo echara todo a perder.

Tras la caminata hacia casa llegue cansado al jardín trasero de esta y gire para tomar algunas flores que crecían por allí alrededor, fui hasta la lapida y observe la aún brillante inscripción.

“Charlotte Williams

1877-1904.

Madre, compañera, amiga y esposa; siempre te querrán”

Sobre la lapida solté las flores y murmure un par de palabras en su memoria como todas las semanas, entonces me arrodille y toque el suelo alrededor de la tumba, allí solo yacía mi madre, la única que tenía derecho a ello, murió de la gripe española cuando yo aun era un niño pero papa no supo cuidarme bien, Jamás.

Entre eso y el favor que me hizo al morir, no tenía derecho a una tumba en casa, al lado de su mujer. “Hasta que la muerte os separe” dijo el cura, y así fue, no volverían a estar juntos.

Volví dentro de la casa, ya solo quedaba de servicio el ama de llaves y el cocinero que eran pareja pero sobre todo eran los que más años tenían con la familia por eso no los había echado; pues tenía el dinero pensando justo para el tiempo que me quedaba de espera y no podía derrochar nada, aún tenía las fabricas y la casa pero no pensaba vender nada, yo saldría de esta.

Pasé por mi cuarto rápidamente para cambiarme de ropa, pues había estado toda la mañana en casa de los Cullen preparando cosas de la boda y también había comido allí con ellos pero esta tarde tocaba relajarse y nada mejor que irse de copas con un buen amigo para ello. Me quite la corbata, la camisa y me puse algo más informal así, cogí el teléfono, marqué el numero de mi amigo y espere a que me lo cogiera; este contestó al teléfono en vez de una de sus criadas, algo raro.

-¿si?-pregunto charles.

-Hey!, ¿estás muy ocupado para ir ahora a tomar unas copas?-pregunte escuchando el ruido de fondo.

-Pues algo, me has pillado con la criada, haciendo…bueno, tu sabes pero dentro de 30 minutos nos vemos donde siempre-dijo; un gemido femenino sonó y el gruño bajo.

Se escucho a Flor decir “deja el teléfono ahora y te hago lo que quieras”, y esa era una petición que mi amigo no dejaría pasar, aunque pusiese tener a cualquier chica, el quería esa extraña relación amor-odio, peligro de ser descubiertos, pobreza, autoridad por parte de ella y esa atracción que ambos sentían el uno por el otro, y por eso no se resistía a tomarla, a tenerla; aunque ella sabía perfectamente que solo aspiraba a ser su amante de por vida aunque él se casara con otra él la mantendría como amante; no podía ser nada más porque ella nació criada y así seria, su familia no permitiría que hubiese nada entre ambos, por mucho amor que hubiese.

-Bien te espero allí-colgó el teléfono y supongo que siguió con el suyo.

Me di la vuelta en mi habitación observando cada detalle de ella que no revelaba mucho de mi, ni siquiera podía decirse que fuera mía, estaba casi decorada como una habitación de invitados, no necesitaba nada más que ropa y no tenía apenas un objeto personal que amase por esos cada vez que miraba la habitación la veía como una más, nada de importancia o valor; solo una pequeña rosa marchita sobre la mesita de noche, una rosa que en su tiempo significo todo y nada.

Amor de verano, felicidad familiar; una época que jamás volvería; estaba solo y solo seguiría en mi mente, en mi mundo. Por muchos años que pasara, por muchas personas que entraran y saliera de mi burbuja, seguiría siempre como ahora, solo en la oscuridad.

Pero ya todo eso daba igual, no había vuelta atrás y tenía que seguir con mi vida, así que no me distraje más con minuciosidades y me dispuse a salir de mi casa para encontrarme con mi amigo.

Ya fuera en la calle era uno más entre la multitud, los problema que tuvieses a nadie le importaba, delante de todos no tenias vida personal, solo eras una carcasa que debía aparentar sé lo que no eras; porque así funcionaba todo, si veían tu yo verdadero se aprovechaban de tus debilidades, como sanguijuelas bebían de ti, sí, así era el mundo.

Llegue al bar donde siempre nos reuníamos mi amigo y yo unos minutos después, era más que posible; por decirlo así predecible que aún no hubiese llegado Charles pero de igual manera entra a aquel sitio rodeado de gente de clase media baja, ese era un ambiente poco apropiado para mí pero el mejor donde emborracharse sin formar escándalos entre los de mi clase.

Cuando me senté en un taburete de allí, le pedí al barman una copa de whisky, ahogaría mis penas y las preocupaciones en un vaso de alcohol.

El jalo de aquel sitio me confortaba por algún motivo; y por la puerta se sumo al jaleo un gran grito de victoria a pesar de que nadie hubiese ganado ninguna guerra.

-James, viejo a migo parece que tengas 60 años-rió charles, se acercó a mí y me dio un manotazo en el hombro.

-Seguro, estoy como el culo-me tome el privilegio de dejar las reglas de cortesía y las de formalidades para otra ocasión y en otras circunstancias.

-Me lo creo-se sentó junto a mí y se pidió una copa de yo no sé cuantos, para poder cogerse una buena cogorza.

-Tío tu lo que necesitas es una chica-dijo Charles, entonces llamó a la camarera del lugar con descaro; era por lo visto una vieja amiga de él así que al instante vino.

-Quiero que le hagas un favor a mi amigo para que este un poco más feliz y a cambio te daré algo-sacó de su bolsillo trasero un par de billetes de 50 dólares y se los dio en mano; le estaba pagando muy bien por ese favor.

-Claro, será un placer-se acerco a mí y me guió un ojo, solo me dio tiempo a tomarme un buen trago de mi vaso antes de que ella me cogiera de la mano y me arrastrara hasta una habitación, donde nos encerró.

Era una habitación oscura y un poco mugrienta pero no importaba, la chica que todo hay que decirlo era guapa y muy atractiva, me sentó en un sillón que era todo lo contrario a la habitación, limpio y de colores vivos contrastaba muy bien con el fondo.

-Ahora empiezo-casi me hizo bajar tan solo un poco mis pantalones mientras ella sonreía y se ponía de rodillas frente a mí.

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