lunes, 26 de marzo de 2012

POR Y PARA SIEMPRE CAPITULO 27

Esta historia le pertenece a Kassi en su blog "Luz de cristal"
Espero que os guste y dejéis vuestros comentarios.

POR Y PARA SIEMPRE
Summary: Bella pierde a su familia en un accidente, cuando se va a vivir con su tía se encuentra con un nuevo chico en el instituto, pero pronto se dará cuenta que no es como los demás,  es como ella.. diferente.

CAPITULO 27

Me resultaba raro no tener a Edward a mi lado en clase, agarrándome la mano, ayudándome que las voces se apagaran.. Me había acostumbrado tanto a tener a Edward a mi lado, que casi me había olvidado de Jessica y Laurent, pero cuando escuche sus risas malvadas- como las brujas de las películas de Disney- me di cuenta, que tendría que volver a confiar en las capuchas, y en mi mp3.

Pasó mas de una semana antes que el nombre de Edward saliera en una de las conversaciones con Rose y Alice. Supongo que mis amigas estaban tan acostumbradas a su ausencia, que no se extrañaron que no apareciera por el instituto.

-Quiero que sepáis que Edward y yo ya no estamos juntos- dije un día durante la comida- y se ha ido.

-Se ha ido?- preguntaron las dos con las bocas abiertas

Asentí, no quería decir nada mas, me negaba a seguir hablando del tema, y aunque sabia que les debía una buena explicación a los dos me limite a bajar la cabeza y apretar los labios.

Un día en la clase de arte, la profesora se me acercó haciendo todo lo posible por no mirar mi desastrosa pintura.

-Se que Edward y tú tenias mas que una amistad, y me imagino lo duro que debe ser para ti, así que pensé que te tendrías que quedarte esto- me dijo mientras me entregaba un lienzo que sabía al cien por cien que era de Edward.

Deje la pintura apoyada contra mi caballete, y seguí con mi horroroso trabajo.

-No piensas mirarlo?- me preguntó la profesora sorprendida por mi falta de interés.

-No, pero gracias por habérmelo dado.

La clase termino, y me fui directa hacía mi coche, metiendo el cuadro dentro del maletero sin ni siquiera mirarlo.

-Que es eso?- preguntó Alice

-Nada

Me di cuenta, que me sentía sola, que me apoyaba en Edward para que rellanara mis vacíos y curara mis heridas. Decirle adiós a mi guapo, espeluznante, y posiblemente malvado novio, me resultó mucho más difícil de lo que jamás admitiría.

·····························

A la semana, me reuní con Rosalie y Alice, ellas estaban preocupadas por mi, decían que aunque nunca había sido una chica alegre y de salir de fiesta, últimamente, me encontraban mas sumergida en mi burbuja.

Ellas se empeñaron que teníamos que asistir a una fiesta, que sería muy divertida, y que allí estaría todo el instituto, pero yo no estaba tan convencida de que todo saldría a las mil maravillas como ellas me prometían.

Después de haber pasado dos largas horas discutiendo con Alice y Rose, consiguieron que dejara mi mp3 en casa y que soltara mi cabello, dejando atrás ya mi típica cola de caballo.

La fiesta se celebraba en unas carpas blancas cerca de una reserva, como las chicas me habían dicho, allí se encontraban todos y cada uno de los alumnos del instituto. Desde el mas tímido,
hasta el mas descarado.

-Rose!!- gritó una voz a mis espaldas.

-Tanya!! Creí que estarías de viaje

-Ya ves, cambie de planes.

-Me alegro de que estés aquí, tenemos que ponernos al día con muchas cosas.

-Tienes razón, por cierto, estoy organizando una fiesta, pero aun tengo que concretar el día,
vendrás, verdad?

-Claro!! no me la perdería por nada- dijo Rosalie muy emocionada

-Entonces perfecto!! ahora a disfrutar de la fiesta.

-A bailar!!- dijeron Alice y Rose mientras se adentraban a la pista de baile.

-Nos veremos pronto Bella- murmuro Tanya en mi oreja antes de seguir a mis amigas a la pista.

Tuve la sensación, que Tanya no me dijo eso por pura cortesía. Algo no iba bien. Y no tardaría mucho en descubrirlo.

Cuando llegué a mi casa bien entrada la madrugada, algo dentro de mí me obligo a abrir el maletero y observar el lienzo de Edward. Una chica morena de ojos marrones estaba sonriendo en un claro rodeado de flores.

Cerré el maletero dejando otra vez el cuadro dentro del coche, y me adentre en la casa, mientras una lágrima rodaba por mi rostro.

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La mañana del 21 de diciembre, me dirigí hacía la cocina para desayunar, estaba sola, Esme trabajaba. Al girarme para poder coger la caja de cereales, mis ojos se centraron en el calendario que había colgado en la pared. La fecha me llamó la atención, no por nada especial, ya que en el recuadro blanco no había nada anotado, simplemente las palabras “solsticio de invierno” impresas en letras negras adornaban el vacío.

Cuando termine de desayunar, subí a mi habitación, no tenía nada que hacer, había empezado las vacaciones de invierno que eran sinónimo de aburrimiento. Al entrar me lleve la mano al corazón, no me podía creer lo que estaban viendo mis ojos, encima de mi almohada, se encontraba una pluma negra.

La misma pluma negra que llevaba en la noche que me disfrace de Maria Antonieta.

La misma pluma que Edward se había llevado como “recuerdo”.

En ese mismo momento me di cuenta que Edward había estado allí. Al examinar mi habitación me di cuenta que el lienzo que tenía en el maletero de mi coche se encuentra en ese momento apoyado contra la pared de mi dormitorio, y que en él ya no hay una chica sonriendo en un claro rodeado de flores, sino que la misma chica se encuentra en un claro rodeado de niebla, una niebla espesa y fría.

La misma niebla y el mismo claro que aparecían en mis sueños.

Sin saber porque, cogí mi cazadora y las llaves del coche, y salí en busca de mi Mini.

Encendí el motor y pise el acelerador, no sabía donde iba ni porque lo estaba haciendo, solo sabía que cuando llegara a ese lugar tendría la respuesta.

Conduje hacía el norte, pisando el acelerador, y siguiendo mi instinto. Me aleje varios kilómetros del centro de la ciudad, y cuando llegue a una reserva natural, apagué el motor del coche, y salí del Mini dirección a un sendero que se adentraba al bosque.

La niebla se extendía con mucha rapidez, y eso provocaba que no viera bien el camino. Una parte de mi me ordenaba que diera media vuelta, y que regresara a casa, pero la otra parte, seguía mis pies, que era como si andarán solos, como si tuvieran vida propia y me obligaran a adentrarme en el bosque.

Hacía frío, y eso me hacía temblar. No sabía donde estaba mi destino, pero lo sabría cuando llegara, igual que había sabido que tenía que aparcar el coche cerca el sendero de la reserva.

Hubo un momento, que me tropecé y caí al suelo, dándome un buen golpe en las rodillas, y grito de dolor salió a través de mi garganta, pero cuando empezó a sonar mi teléfono, había logrado que se convirtiera en un leve gimoteo.

-Si?- conteste poniéndome de pie

-Bella soy Alice, solo quería que supieras que te estas perdiendo una fiesta súper guía.

-Fiesta?

-Si, la fiesta de Tanya. Aunque se ha buscado un lugar bastante extraño para hacer a fiesta, estamos cerca de un claro en la reserva.

- Cerca de un claro?

-Si

-Yo estoy en la reserva, y ya estoy viendo el claro, pero espero no caerme otra vez por culpa de la niebla.

-Niebla? No hay niebl..

Antes que Alice terminara de hablar, alguien me había quitado el teléfono de la mano.

-Hola Bella. Ya te dije que nos veríamos pronto- dijo Tanya sonriendo.

1 comentario:

  1. dios y de donde salio esa loca,me encantoooooooooooooo....Gracias nena ...Besos...

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